Páginas

8 may 2013

Latín I: Cultura examen 14 mayo

La crisis del s. I a. C.

Ciudad de Carthago, al norte de África

La situación socio-política de Roma en el s. I a. C. es muy agitada. Hasta este momento Roma ya se había erigido como la potencia hegemónica del Mediterráneo tras haber vencido al único enemigo que podía hacerle frente, Cartago, en lo que se viene a conocer como las Guerras Púnicas, conretamente a lo largo de tres guerras en las que Roma fue hacinando poco a poco a la civilización cartaginesa, hasta reducirla por completo. Para la posteridad ha quedado la frase repetida hasta la saciedad por Catón el Censor en las sesiones del Senado durante la II Guera Púnica (218-201 a. C.): delenda est Carthago, "Cartago debe ser destruidad"; o personajes tan conocidos como Publico Cornelio Escipión.
File:Europa60AD.svg
El Mare nostrum y la extensión
de la civilización romana
Recordemos que Roma se había hecho con el poder de todo el Mediterráneo, llegando ha llamar a este mar como Mare nostrum, "nuestro mar". Roma se había apoderado de Grecia, de la cual recibió todo su legado cultural: arquitectura, literatura, pensamiento...

Este período de conquistas territoriales que supuso para Roma un incremento del poder, prestigio y grandes riquezas no fue equitativo entre los ciudadanos romanos. Sólo un grupo de privilegiados, los patricios, que se conformaron como los grandes terratenientes, al hacerse con grandes explotaciones agrícolas. Se había producido un reparto desigual de las riquezas y de las tierras, haciendo que los campesinos de clase media, los plebeyos, tuvieran que emigrar a Roma y las grandes ciudades para convertirse en proletarios y depender de los favores de los patricios, de los domini, convirtiéndose en sus clientes (recuerda el tema en el que estudiaste cómo era una familia romana, siendo una de sus partes los clientes, plebeyos que dependían del dominus de una familia patricia).


Los hermanos Graco y la reforma agraria

Tiberio y Cayo Sempronio Graco
Es en este momento cuando entran en escena dos grandes personajes que intetarían solucionar estas desigualdades, los Gracos. Eran éstos dos hermanos, Tiberio y Cayo Sempronio Graco, pertenecientes a una noble familia patricia, hijos de Cornelia, hija del gran Publico Cornelio Escipión el Africano, el consquistados de Cartago y acérrimo enemigo de Aníbal Barca. Como Tribunos de la Plebe reclamaban una reforma agraria consistente en la distribución de tierras entre los ciudadanos más pobres de Roma, en perjuicios de los grandes terratenientes.
Sin embargo eran muchos los intereses que los patricios, poseedores de los grandes latifundios podían perder, por lo que finalmente los dos hermanos, primero Tiberio y más tarde Cayo, serían asesinados.
Las Guerras Civiles
Primera Guerra Civil
Tras la muerte de los Gracos, dos grandes facciones dominan la política en Roma, los populares y los optimates, partidos que defienden los intereses de la plebe y de los patricios respectivamente. Sobresalen dos grandes personajes en cada uno de estos partidos, Cayo Mario en el de los populares y Lucio Cornelio Sila en el de los optimates.
File:Marius Glyptothek Munich 319.jpg
Busto de Cayo Mario
Mario era un militar salido de las filas del ordo equester, la clase social de los caballeros. Clase social que sostenía una dura pugna con la clase senatorial por el dominio y el control del por político. Como militar obtuvo grandes victorias y propuso una reforma militar de gran calado: profesionalizar el ejército romano.
Busto de Lucio Cornelio Sila
Sila, por su parte, era un excelente general, perteneciente a la aristocrática clase de los patricios. Fue el autor del primer golpe de Estado cuando se negó a ceder el poder a Mario para que éste hiciera frentre a la guerra contra Mitrídates VI en Asia, convirtiéndose en dictator.
Finalmente Sila renunciaría a la dictadura en el año 79 a. C. para retirarse a Cumas, donde moriría un año más tarde.
La desaparición de Sila supuso la aparición de los viejos problemas, por lo que el Senado se vio obligado a dotar de plenos poderes a un general de reconocido prestigio y competencia militar, Pompeyo el Grande.
Segunda Guerra Civil
Llegamos a los últimos años de la República y a uno de los momentos más fascinantes de la historia de Roma y la aparición de uno de los grandes en mayúscula, Cayo Julio César.
Procedente de una familia aristocrática venida a menos, decía ser descendiente del mismísimo Iulo/Julo Ascanio (de ahí el nombre de su gens, la gens Iulia/Julia) y por lo tanto descendiente de una divinidad, la diosa Venus (recordad que Eneas, padre de Iulo Ascanio, era hijo de Anquises y de la diosa Venus).
Aunque procedente de una familia patricia, fue el gran defensor de las ideas del partido de los populares y, por lo tanto, de las clases populares.
Como anécdota de su juventud podemos decir que cuando partió a Grecia para seguir con su formación fue secuetrado por unos piratas que merodeaban el mar Egeo. Por su vida establecieron un rescate de poco valor, pero César, que se tenían en mucha mayor estima y siendo descendiente de una diosa, fijó por su rescate una cantidad de dinero mucho mayor, la cual su familia tuvo que conseguir con no pocas dificultades.
Dotado de una gran inteligencia política y un extraordinario talento militar, consiguió grandes éxitos. Recordemos la famosa frase que pronunció a su regreso de las campañas contra Farnaces, rey del Ponto, en Asia Menor, veni, vidi, vici, "vine, vi, vencí". Pasará a la historia por ser el conquistador de la Galia, que él mismo puso por escrito en sus Commentarii de bello Gallico, "Comentarios sobre la Guerra de las Galias".
Su afán de poder chocaría con otro de los grandes personajes de la época, el ya mencionado Cneo Pompeyo Magno. La alianza temporal de estos dos grandes personajes junto con Marco Licinio Craso pasará a la historia como el Primer Triunvirato. Este pacto garantizaría la paz y un cierto equilibrio de poder en la República, pero duró poco tiempo, pues Craso moriría, quedando de nuevo las dos grandes generales frente a frente: Pompeyo vs César. Se inicia así la Segunda Guerra Civil con el paso de Julio César y sus legiones del Rubicón, río que marcaba los límites que un general romano podía sobrepasar con sus fuerzas militares, pues conllevaba automáticamente declarar la guerra al propio Senado y por la tanto un golpe de Estado. Es en este momento cuando Julio César pronuncia otra de sus célebres frases que han pasado a la historia: alea iacta est, la suerte está echada".

Elizabeth Taylor en el papel de Cleopatra

Todo acabará con el enfretamiento de Julio César y de Pompeyo en Farsalia, al norte de Grecia, y la derrota de éste último. Pompeto buscaría refugio en Egipto, en la corte del monarca Ptolomeo XIII, el hermano de la famosa Cleopatra, pero desembarcar y tomar tierra, fuer asesinado.
La estancia de César en Egipto abriría otro de los grandes y recordados capítulos de la historia de Roma. Allí César entablaría relaciones con la joven princesa Cleopatra VII, con la cual inclusuo llegaría a tener un hijo, Cesarión.
César llevó a cabo grandes reformas que mejoraron el nivel de vida de la gente. Sin embargo su afán por el poder, hizo que los defensores de la República, con Bruto y Casio a la cabeza, formaran una conjuración contra César con la finalidad de acabar con él. Así tiene lugar uno de los mayores magnicidios de toda la historia en los Idus de marzo del 44 a. C., el fatídico 15 de abril del 44 a. C., en el que Julio César encontraría la muerte bajo la estatua de su gran rival Pompeyo Magno debido al asestamiento de al menos 23 puñaladas. Y en este último momento de su vida César dejará otra de sus célebres frases, en el momento en el que Bruto le asetó una de las puñaladas: Καὶ σὺ τέκνον; o en latín Tu quoque, Brute, filii mei!, "¿Tú también, Bruto, hijo mío?", pues según los rumores Bruto era hijo de Julio César de una relación extramatrimonial


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puedes dejar tu comentario respetando la opinión de los demás y sin insultar a nadie.